LA LLAMADA: Amores Divinos
"La fe es esto: Dios habla al corazón, no a la razón." - Blaise Pascal
A veces la semilla de un pequeño proyecto artístico gestado con ángel germina de tal modo que acaba por convertirse en un auténtico fenómeno. De pronto, el imaginario de unos creadores entra en comunión con un variopinto e ingente número de sensibilidades y es entonces cuando la respuesta popular hace un éxito de cuanto se le ofrece a través de ese cauce de hermandad emocional.
Cuando allá por 2013 Javier Ambrossi y Javier Calvo escribieron y dirigieron una modesta obra musical titulada "La llamada" poco podían imaginar la repercusión que su lúdico y emotivo artefacto teatral tendría en la cartelera madrileña. Nacido como montaje off, el musical de Ambrossi y Calvo pronto conquistó la sala principal del teatro Lara donde ha permanecido en cartel hasta la actualidad. Mucho se habló en su día de los factores determinantes de su perenne popularidad: la heterogénea selección de canciones que jalonan su libreto (desde temas de Whitney Houston, Presuntos Implicados o Henry Méndez a composiciones originales de Alberto Jiménez), un argumento en el que convivían provocación con ingenuidad, humor con drama, sentimiento religioso con frivolidad...un elenco de actrices en estado de gracia, una sencilla pero muy efectiva puesta en escena...etc. Constituyéndose la combinación de todos esos elementos en un conjunto de trascendencia sentimental verdaderamente irresistible.
Este 2017 se estrena la esperada adaptación cinematográfica de "La llamada" y lo hace de manos de sus artífices, con el reparto original que tuvo en su día la obra de teatro. Así nos encontramos nuevamente en un ficticio campamento religioso llamado "La brújula" con Macarena García encarnando a una joven a quien se le aparece un Dios (Richard Collins-Moore) que le canta canciones de Whitney Houston para terminar enamorándola sin remedio, Anna Castillo interpretando a su díscola y entrañable mejor amiga, Belén Cuesta en el rol de una cándida monja con dudas vocacionales y con Gracia Olayo como la monja veterana amante de la música que dirige el lugar.
De izq a dcha: Anna Castillo y Macarena García
Una de las primeras y agradables sorpresas que depara el visionado de la traslación al cine que han hecho los noveles en estas lides Javier Ambrossi y Javier Calvo, es la constatación de que toda la deleitable frescura que vertebrada el musical teatral ha permanecido intacta. No hay en el ajustado metraje del film una sola ínfula de autoría debutante. El trabajo tras la cámara de ambos goza de una falta de pretenciosidad realmente admirable. Ambrossi y Calvo canalizan el corazón de su historia a través de un guión escrito por ellos mismos que es tan efectivo y candoroso como lo fue en su momento el libreto con el que construyeron "La llamada".
Dentro de esa desenvuelta sencillez formal que posee la película es de lamentar, eso sí, la carencia de un mayor mimo en la planificación de sus números musicales. El cuidado exiguo que se ha prestado en dirección y montaje a esos significativos momentos de la trama, restan poderío y emoción a partes cruciales de la evolución de los personajes.
De izq a dcha: Macarena Garcia y Gracia Olayo
El entregado trabajo del cuarteto protagonista sin embargo le inyecta una verdad a cuanto dicen, hacen y deshacen las mujeres de la historia que en nada desmerece el burbujeante resultado sentimental que conseguían cada noche en el teatro. Anna Castillo y Belén Cuesta manejan el dibujo extremo de cada uno de sus personajes con una soltura extraordinaria, sin el mínimo atisbo cómico de trazo grueso. Por su parte Gracia Olayo domina de forma maestra las aristas arquetípicas de su rol logrando brillar como nadie en cada secuencia en la que interviene. La luminosa presencia cinematográfica de Macarena García no siempre consigue ocultar el hecho de que su personaje no posee la entidad dramática que sí tienen los de sus compañeras de reparto, pero es tal la fe ciega con la que se entrega a él que hace perdonable tal carencia.
Macarena García
La experiencia de ver "La llamada" en cine aúna, al igual que sucedía en el teatro, alborozo y enternecimiento a partes iguales. Porque sí algo demuestran saber Javier Ambrossi y Javier Calvo es de la pulsión cándida que habita en cada uno de nosotros. Gracias a tal conocimiento, "La llamada" aboga no sólo por el amor sublime sino también por la supremacía vital de cualquier manifestación amorosa veraz y absoluta, y hace que internarse en su historia devenga en una vivencia sumamente gratificante.
Belén Cuesta