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SILVIA MARSÓ desde su camerino




Silvia Marsó es una de nuestras actrices más carismáticas y queridas desde que se hiciera tremendamente popular como secretaria 'todoterreno' en aquel Un, dos, tres de la década de los 80 del siglo XX, El cual le dio la oportunidad de demostrar su versatilidad y múltiples talentos. En una decisión que habla de su compromiso con la profesión, Silvia Marsó rechazó cheques sustanciosos y abandonó los platós de televisión para apostar por su faceta como actriz de teatro, la que jamás ha abandonado aunque la haya ido combinando con hitos de la pequeña pantalla como Canguros o Ana y los siete.


Convertida en productora con olfato y buen gusto (aún están muy recientes los éxitos cosechados con Yerma y El zoo de cristal), Silvia Marsó se encuentra inmersa en un nuevo proyecto, el cual puede verse en el Teatro Marquina de Madrid hasta finales del próximo mes de mayo: La puerta de al lado, comedia de Fabrice Roger Lacan, adaptada y dirigida por Sergio Peris-Mencheta, en la que comparte escenario con Pablo Chiapella (Amador en La que se avecina) y el músico Litus.


Mientras se maquilla y prepara para una de las funciones, Silvia Marsó recibe en su camerino a Destino Wonderland para hablarnos sobre su personaje, uno de los más complicados a los que se ha enfrentado porque debe hablar a gran velocidad, con un discurso muy preciso y bien armado, ocultando su simpatía y gracejo, mostrándose más bien hosca: “O, cuando menos, poco receptiva al diálogo”. Una mujer que sólo vive para su trabajo y se siente superior intelectualmente a su vecino (y a cualquiera, pero en escena sólo aparecen ellos dos). Litus salpica con música en directo (y una canción compuesta para la ocasión) el combate dialéctico que Silvia Marsó y Pablo Chiapella mantienen al dar vida a dos vecinos radicalmente opuestos que comparten rellano y no pueden evitar entrar en contacto, eterno conflicto que esta comedia trata con inteligencia y ritmo acelerado que no da cuartel al espectador.


Brigadoon es el nombre de un pueblo escocés que, según la leyenda, sólo se hace visible un día cada cien años y que sirvió para titular un musical de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe que Vincente Minnelli transformó en película con su colorido y elegancia habituales. Considerada por muchos una obra menor en la filmografía del cineasta, Brigadoon ha ido ganando en encanto con el paso del tiempo, siendo una de las mejores muestras de cómo la Metro Goldwyn Mayer mimaba el género musical y cuenta con una pareja absolutamente mítica, como es la formada por Gene Kelly y Cyd Charisse.

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