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KAREN GUTIÉRREZ, MANUEL RAMOS, DÍDAC FLORES: Cantar lo Nuestro


(izq a dcha: Dídac Flores, Karen Gutiérrez y Manuel Ramos)

“Cantar una canción es algo más que hacer una semblanza del amor: cantar una canción es transmitir lo que nos dicta el corazón”, decía José Luis Perales, sin duda una de las voces más autorizadas a la hora de hablar de tonadas que se convierten en referenciales y definitorias para público del más diverso pelaje, temas que trascienden épocas, generaciones y gustos, estribillos que se repiten continuamente y que nos asaltan en el momento más insospechado.


Lo tuyo y lo mío es un espectáculo que recurre a la memoria colectiva para, a través de 75 canciones archipopulares, narrar la historia de una pareja en apenas 75 minutos. Contado así puede parecer muy poca cosa porque resulta complicado sintetizar en pocas palabras la catarata emocional, el subidón de adrenalina, la energía que despliegan y contagian los tres actores (término que también se queda corto para la ductilidad, versatilidad y multiplicidad de talentos que demuestran), la facilidad con que se meten al público en el bolsillo y le conducen por los lugares comunes en que, querámoslo o no, todos transitamos cuando nos enamoramos (también cuando nos desenamoramos).


A la espléndida interpretación en lo vocal, en lo gestual, en lo anímico, en lo vital de Karen Gutiérrez y Manuel Ramos se suman el saber musical de Dídac Flores (quien es, además, un magnífico cantante) , el impresionante diseño de luces de Roger Guinot y la medida y al tiempo vibrante dirección de Joan Mª Segura para construir un musical de pequeño formato pero de gran recorrido, de alto voltaje, todo un recordatorio, toda una realidad de lo que cantamos en la intimidad, de lo que tomamos prestado de la música para expresar sentimientos.


Sentados en el sofá que es, casi, el único elemento que utilizan durante el espectáculo al margen de sus cuerpos y voces (y del teclado de Dídac), pero que crea atmósfera y ambiente con apenas una alfombra y algunos LPs y EPs diseminados aquí y allá, charlamos con estos artistas a los que puede gozarse en el Teatro Fernán Gómez de Madrid hasta el próximo 21 de junio.


PREGUNTA.- ¿Sois conscientes de que habéis hecho el musical que todo el mundo lleva en la cabeza? ¿Quién no ha recurrido a alguna canción para expresar su estado de ánimo?


MANUEL.- Sí, es verdad, es el juego que todos hemos practicado; yo lo hacía en la Universidad con los colegas: hablar con canciones, compitiendo a ver quién se quedaba en blanco el primero… Pero el origen del proyecto hay que buscarlo hace 12 años cuando Karen y yo currábamos en PortAventura y nos apeteció hacer algo al margen del parque; liamos al pianista del Saloon del Oeste y montamos un espectáculo más sencillo pero que en esencia era lo mismo que ahora: una historia de amor contada en ese momento sólo con 12 canciones. Lo dejamos guardado en un cajón, madurando, hasta que en septiembre de 2013 lo recuperamos y ya en noviembre lo estrenamos como showcase en noviembre en Àtic22, vinieron a verlo programadores, casi sobre la marcha nos ofrecieron ir al Capitol, allí estuvimos 5 meses y comenzamos a hacer gira.


(Manuel Ramos y Karen Gutiérrez)


P.- Es un espectáculo que ofrece mucho más de lo que parece a simple vista…


KAREN.- Nos dicen mucho que ni el cartel ni el vídeo ni el dossier, nada de lo que pueda conocerse antes de venir a ver la función da la idea verdadera de lo que es Lo tuyo y lo mío; eso en parte es bueno porque sólo tienen que atreverse a conocerlo, jajaja… Aunque me gusta cómo lo define Dídac; dilo, di lo de la única canción…


DÍDAC.- ¡Ah, sí! Puesto que durante 75 minutos la música no para, en realidad es como si fuese una única canción unida hasta el infinito, bueno, el tiempo del espectáculo nada más… Vamos pasando por diferentes tonos y ritmos, pero la base musical siempre está ahí: empezamos con una armonía vocal a tres voces, luego el piano y dos voces, una voz a capela, incluso hay una parte hablada que aporta mucha tensión y que reproduce la letra de una canción… Nos propusimos que, manteniendo la letra original de las canciones y sin cortar la música, se contase una historia de principio a fin.



Y es lo que el público percibe y recibe, más allá de que el texto esté tomado de temas que popularizaron Karina, Fórmula V, Raphael, Shakira, La Guardia o Fangoria (también hay tiempo para Gloria Gaynor, Wham o Carly Rae Jepsen, un guiño a Sopa de Cabra, pero el 95% -o más- del espectáculo se canta en castellano): conocemos a la pareja antes de que lo sea y asistimos al enamoramiento, a la consolidación, a los altibajos, a la irrupción de un tercero, a la ruptura.


(Manuel Ramos y Karen Gutiérrez)



P.- ¿Cómo elegisteis el repertorio con la de material posible que hay?


DÍDAC.- Ha sido un proceso muy complejo entre los tres y el cuarto en discordia, Joan Mª Segura, el director escénico, el que ha diseñado la coreografía, los movimientos, todo lo actoral y no tiene que ver específicamente con la música, al margen de lo que Karen y Manuel han aportado como grandes actores que son. Nos limitamos a dividir la historia de una pareja en sus diferentes etapas, la soledad, el descubrimiento, la declaración, el sexo, la estabilidad, la ruptura, y fuimos pensando qué canciones podían servir para describirlas, hicimos una selección entre los cuatro y nos fuimos poniendo de acuerdo porque no podían caber todas, claro.


MANUEL.- Hay quien echa de menos a su grupo favorito o un tema que le marcó, pero es inevitable…


DIDAC.- ¡Y siempre hay alguien que nos pregunta por Pimpinela porque no cantamos ninguna de ellos, jajaja! La selección la hicimos sobre todo por la letra, era lo básico, luego las trabajamos cómo más nos convenía dramáticamente: por ejemplo, la canción que usamos de Shakira la tenemos en la cabeza por su versión, pero la letra toma otra dimensión cuando la interpretan en este sofá dando ciertos matices y a un ritmo distinto.


(Dídac Flores, Karen Gutiérrez y Manuel Ramos)


P.- Es una de las mayores virtudes del espectáculo: usáis las canciones como más os conviene, matizáis las letras, incorporáis intenciones, jugáis dramáticamente con ellas, aportáis vuestra manera de intepretarlas, pero sois muy respetuosos con todas, ningún admirador de las originales puede sentirse estafado u ofendido…


DÍDAC.- Respetamos a los artistas que han hecho famosas estas canciones, eso que vaya por delante…


KAREN.- Somos admiradores de todas, ¡incluso de las más petardas! De algunas éramos fans y de las demás, de las que no conocíamos, nos lo hemos hecho ahora.


DÍDAC.- Están en la memoria de mucha gente, no puedes ir en contra de ello…


KAREN.- Ahí se nota muchísimo la mano de Joan Mª, porque dirige con mucha elegancia, con gusto, con dulzura, con humor, pero sin pasarse jamás.


MANUEL.- Además, el director no conocía muchas de las canciones, él prefiere otros tipos de música, y eso aportaba una visión muy objetiva para analizar los textos en sí, le permitía volcarse en la dramaturgia y en la interpretación de todo el conjunto sin tener sentimientos subjetivos sobre los temas.


DIDAC.- Por otro lado, sería fácil recurrir a la parodia y no queríamos hacerlo porque nuestras intenciones son otras.


KAREN.- Ese es el sello de Joan María.


MANUEL.- Joan María nos deja momentos como vía de escape, un pequeño gag, pero sólo eso…


KAREN.- Y lo mismo para equilibrar con el drama: el espectáculo es básicamente de humor y nos hace salir de lo más intenso con gran facilidad y creo que es uno de los ingredientes fundamentales para enganchar al público, va sorprendiendo a cada rato.


(Dídac Flores)



Los tres intérpretes reciben al público con unas bandejas de galletas, crean cercanía desde el primer momento, te hacen sentir en el salón de la casa para, en cuanto empiezan a cantar, conseguir toda la atención y admiración por el carisma que derrochan y la inmensa facilidad con que van pasando de una canción a otra sin que se les note el esfuerzo, con una naturalidad y sencillez apabullantes.



MANUEL.- Gracias a toda la animación de calle que hicimos en el parque nos convertimos en el Schwarzenegger de las cuerdas vocales…


KAREN.- ¡Eso es algo que me dijo un profesor de canto, jajaja! Tengo la suerte de no quedarme jamás afónica, y es que han sido muchos años de fajarme en las orquestas, bueno, eso es algo que hemos hecho los tres, tenemos esa escuela y, por lo tanto, las cuerdas vocales están muy fortalecidas, al margen de la técnica, claro…


MANUEL.- Defendemos mucho nuestro pasado en las orquestas: es un trabajo muy duro que siempre se ha mirado como algo de segunda, como si no valiese, cuando es extremadamente difícil y muy duro vocalmente… Así que tenemos ese callo, esas tablas y luego se une la química que surge entre los tres.


P.- Y os ganáis al público con honestidad y verdad, con un pequeño formato que resulta grande por el despliegue de talento y por el mimo puesto; los hay que despliegan, recargan, gritan, pretenden epatar y, así, ocultar carencias…


DIDAC.- Lo cierto es que no es difícil conseguir que una platea se levante con una nota muy aguda, muy larga, muy abierta, con un belting como se dice en la profesión que arranca el aplauso, pero puede que de contenido se quede flojo; nosotros hemos intentando primar las emociones y para eso a veces hay que susurrar.


KAREN.- Nunca olvidamos que menos es más, algo que se ha ido perdiendo en los musicales que se hacen en España: hace veinte años la interpretación era la base, al margen de cantar muy bien por supuesto, pero ahora se ha ido arrinconando, dejándola para el final, sólo cuenta la técnica, llegar muy alto, perdiendo de vista que se está contando una historia y que puede ser precioso que se te escape una lágrima o un suspiro.


MANUEL.- Además, seguimos entrenando como el primer día porque es una función que está muy viva y trabajamos para no perder la frescura, la espontaneidad, y sólo controlando lo técnico puedes ir un poco más allá y aportar emociones que surgen y no parecen escritas en una partitura.


KAREN.- Bueno, en ese aspecto confesaré que hubo una época en la que trabajé como teleoperadora, estaba ocho horas venga a hablar y ni calentaba ni nada… El caso es que yo me empeñaba en seguir cantando muy arriba, porque a lo que estoy acostumbrada, pero llegaba con la voz velada y, gracias a Dídac, he descubierto que mi voz de contralto es muy bonita y he podido cantar unas canciones que nunca pensé llegar a interpretar. ¡Es que es nuestro particular genio! ¡Si sólo tiene veintitrés años!


DIDAC.- Yo estaba a los 15 años tocando en orquesta y mi formación es como músico, en el conservatorio hice piano y flauta travesera, de hecho me permito un momento en el espectáculo como recuerdo, jajaja.


KAREN.- ¡Y has hecho teatro desde bien pequeño!


DÍDAC.- Bueno, ya ves, a los ocho años, de pastorcillo y tal, teatro amateur…


KAREN.- ¡Pero se aprende mucho de eso!


DÍDAC.- ¡Y tanto que se aprende! Además, acompañaba a mi madre siempre que podía y me sentaba en el backstage a verla actuar con la orquesta, todo ese aprendizaje queda y sale cuando menos lo esperas.



Es precisamente ese conocimiento del escenario, ese enfrentarse a públicos que a altas horas de la madrugada bailan lo que pueden, esa brega continua y diaria la que les ha dotado de una rapidez asombrosa para captar los sentires de la platea en apenas un vistazo, para anticipar sus explosiones, sus carcajadas, su venirse arriba con una canción que les gusta, para tener el espectáculo bajo control en todo momento.



KAREN.- El otro día tuve que parar a un señor, así con un gesto simpático y apelando a su complicidad, pero es que estuvo a punto de darme un ataque de risa porque no paraba de comentar, se involucraba, hablaba conmigo; y es que en este espectáculo no hay cuarta pared, pero creo que jamás podría hacerlo sin la enseñanza y experiencia de las orquestas o la animación de calle, porque eso no se estudia.


P.- Si tuvierais que elegir sólo una de las canciones de Lo tuyo y lo mío


MANUEL.- Yo me quedo con Suerte de Shakira porque se ha desvirtuado un poco su carácter de cantautora y el modo en que la interpretamos ayuda a disfrutar de la letra.


DIDAC.- Lo echamos a suertes de Ella Baila Sola es un momento que me gusta cuando llega, es uno de mis momentos favoritos del espectáculo, creo que adquiere una fuerza especial al ser cantada por ambos y que se reconocen muchos sentimientos que a veces nos pasan inadvertidos en el original.


KAREN.- La primera que canto, Alguien que cuide de mí de Christina Rosenvinge, porque cuando la propusieron no me gustaba, pero ahora la siento muy mía, me identifico mucho con ella como mujer. Al principio la cantaba entera y cuando la recortaron casi los mato…


(izq a dcha: Manuel Ramos, Dídac Flores y Karen Gutiérrez)


P.- ¿Y una canción de vuestra vida que no esté en el espectáculo)


KAREN.- Stand by me fue la primera canción que aprendí en inglés, mi hermano me la enseñó y me explicó qué quería decir la letra; y es también una de las películas de mi vida, la vi con once o doce años y ese River Phoenix…


P.- Dídac no sabe de lo que hablas, tan jovencito, jajaja…


DIDAC.- Pero sí sé quién es Elton John, soy un gran admirador suyo, y Candle in the wind en concreto me parece sublime.


MANUEL.- Me resulta difícil quedarme con una, pero diría alguna de Mecano porque son el máximo ejemplo de canciones que están en nuestro ADN: cada vez que suenan esos cinco segundos, los primeros acordes de Me cuesta tanto olvidarte, me llegan al corazón y más adentro…


KAREN.- Esto surgió de repente, en el Capitol, lo hizo el pequeño genio así como el que no quiere la cosa y lo incorporamos… ¡Nos mató! ¿Habías nacido cuando se estrenó la canción? ¡Nooo! Eso demuestra la fuerza de la música.


P.- ¿Y hubo alguna que estuviese en una primera selección, que al final quedó fuera y que echéis de menos?


MANUEL.- Hubo la idea de hacer un popurrí de reguetón, recoger todas las referencias que hay al sexo, pero Derroche nos quedó tan maravillosa que nos pareció terrible romper ese clímax…


DIDAC.- ¡Imaginad: con lo sutil que es todo y, en ese momento, para ir uniendo músicas, yo tenía que ir diciendo en medio del estribillo de Derroche lo de “dame más gasolina”!


(izq a dcha: Manuel Ramos y Dídac Flores)


P.- ¡Muy buena decisión! Por último, ¿cómo surgió la estética del espectáculo?


KAREN.- Fue algo casual: en la sala de ensayo había un sofá así muy vintage como éste en el que estamos sentados, empezamos a montarlo todo en torno a él y así fuimos diseñando el look…


MANUEL.- Éste es otro porque el anterior murió…


P.- ¿De tanto usarlo?


MANUEL.- ¡Sí, como también cantamos, jajaja!



Y nos levantamos del sofá para que nada se descoloque y los muelles sigan en su sitio, puesto que en poco más de hora y media debe comenzar otra función de Lo tuyo y lo mío, el musical de la vida de cualquiera de nosotros, un espectáculo que recalará próximamente en Valencia Mallorca y Castilla-La Mancha, tendrá nuevos bolos en Cataluña y planea regresar a Madrid en vista del entusiasmo del público (y es que, como decía el cantar, el que lo prueba repite… y lo recomienda).


Óscar López, Pablo Vilaboy

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